NEGOCIOS & OPORTUNIDADES

Paraguay hoy: estabilidad económica e inmejorables condiciones para empresas e inversores

Con una estabilidad económica y monetaria que ya lleva más de 70 años, agroexportaciones que nos ubican como un actor importante, y un desarrollo industrial incipiente pero sostenido, hay quienes ya se entusiasman y ven al Paraguay como la “China de las Américas”.

 

La realidad actual propia del Paraguay, sumada a los vaivenes del Mercosur y el resto de la región, colocan a nuestro país en una situación inédita y plena de oportunidades, tanto para empresarios e inversores, como para profesionales y estudiantes próximos a obtener sus títulos universitarios en otros países y sueñan con volver a su tierra.

Para entender el escenario, los grandes lineamientos de la política económica del Paraguay están encaminados en tres direcciones convergentes:

En primer lugar, proveer alimentos para el mundo. El país ya ha alcanzado la sexta posición a nivel mundial como exportador de carne vacuna, y está orientando importantes recursos y esfuerzos para convertirse en un actor importante también en porcinos y productos avícolas, así como en agricultura ecológica y alimentos orgánicos.

En segundo lugar, Paraguay está encaminado a ser una fábrica para la región y el mundo. De hecho, ya sobresale a nivel regional por sus altas tasas de rentabilidad, predictibilidad y competitividad de su fuerza laboral, a lo que se suma la eficiencia de su tendido eléctrico, las ventajas a nivel impositivo, programas especiales, y un régimen laboral sin competencia en la región. Los resultados en este sentido son tan notables que, en los últimos doce años, 126 nuevas empresas se instalaron en el país gracias al régimen de maquila, y 80 en los últimos tres años. Empresas líderes a nivel regional y mundial se están instalando en Paraguay. Hay una visión compartida de que Paraguay se convierta en la China de las Américas.

Un hecho destacado en esta dirección fue la reciente inauguración, en la ciudad de Hernandarias, de una filial de la fábrica de juguetes Estrela, la más grande del Brasil. Se trata de una planta de 6.000 metros cuadrados, y significó una inversión inicial de más de dos millones de dólares. Representa, además, la decisión de la fábrica brasileña de trasladar al Paraguay el 80 por ciento de la producción que realizaba en China.

Tuvimos la oportunidad de compartir con el Presidente de Estrela, Carlos Tilkian (ver foto), durante la Expo Brasil-Paraguay y la Expo Maquila 2016. Tilkian manifestó su visión de que Paraguay está estratégicamente ubicado para exportar tanto hacia Brasil como hacia el resto de la región, y también hacia Estados Unidos y Europa.

En tercer lugar, Paraguay quiere ser el eje y epicentro de la hidrovía del Mercosur, comparable a la importancia que el río Mississippi tiene para el Centro-Oeste de los Estados Unidos.

Lo anterior sintetiza la visión del Ministro de Industria y Comercio del Paraguay, Gustavo Leite, transmitida a Leading Edge, el sitio especializado en inversiones globales. Un enfoque que es compartido por gran parte de la dirigencia política y empresarial.

 

Razones para el optimismo

El país –uno de los cuatro socios inaugurales del Mercosur– ha experimentado un fuerte proceso de industrialización en los últimos tres años, con empresas que ocupan entre 5.000 y 6.000 personas, una situación impensada hasta antes de este fenómeno. El sector autopartista es uno de los principales impulsores de esta nueva dinámica. El objetivo es llegar a sustituir a China como principal proveedor de autopartes a Brasil y Argentina, que actualmente importan esos bienes del gigante asiático por valores que rondan los U$S 70.000 millones y U$S 15.000 millones, respectivamente.

La dimensión de los mercados de Brasil y Argentina son, para el Paraguay, similares a lo que Estados Unidos y Canadá representan para México. Lograrlo podría significar que Paraguay atraiga inversiones estimadas en U$S 85.000 millones al año.

Paraguay ha demostrado una gran estabilidad durante los últimos 70 años, durante los cuales ha mantenido su moneda y ha desarrollado un modelo de crecimiento sostenible. Todavía necesita seguir apuntalando sus obras de infraestructura, área en que las inversiones se han triplicado en los últimos diez años. También hay un largo camino por recorrer en capacitación y entrenamiento de la mano de obra, y se requiere mucha inversión privada en habilidades técnicas.